miércoles, 18 de marzo de 2009

EL GRAN VIAJE VI

Alemania

Después de navegar de regreso desde el Reino Unido a Esbjerg, desembarcamos las bicimotos y recorrimos los 12 Km. Que nos separaban de la frontera con Alemania. Nos disponíamos a cruzar toda Europa central y posiblemente no llegaríamos a tiempo a la clausura de la Expo-Sevilla 92.
Aunque era un cambio importante en los planes, no nos causó mucho daño.
Inmediatamente nos dirigimos rumbo a Frankfurt, ciudad donde vive Pablo, hijo de Alfredito, un amigo de Viña del Mar. Pablo también es músico y vivía con su compañera Renate. Nos ofrecieron su casa y estuvimos un mes con ellos; luego continuamos hacia el sur, pasando por Heidelberg, para dirigirnos hacia Stuttgart, subiendo por la ribera del rio Neckar. En Esta ciudad universitaria nos acogió una peruana que nos alojó el fin de semana. Finalmente, y después de una zona levemente montañosa, cruzamos a Suiza por Schaffhausen.



Suiza






Era verano y el pequeño país se nos ofrecía en su máximo esplendor. Nuestro siguiente destino era casa de Jitka, a la que habíamos conocido unos cuantos años antes en Colombia. Muy gratos recuerdos nos quedan del tiempo que pasamos junto a esta buena amiga. Como anfitriona nos llevó a recorrer los sitios más emblemáticos de los alrededores de Zúrich. Nuestros planes eran continuar rumbo a Italia con la idea de visitar la fábrica de nuestras Garelli. Para esto teníamos que cruzar los Alpes a través de un túnel de más de 15 km. De largo. No se puede cruzar en vehículos como los nuestros. Además, había un tramo de la carretera cortada; por lo tanto la alternativa era el tren.
Días antes de partir nos encontramos a una numerosa familia de chilenos, a través de la cual pudimos conseguir actuar para el dieciocho de los chilenos de Zúrich, lo cual nos dio el dinero suficiente como para pagar el transporte y los pasajes del tren. Así fue como salimos de la hermosa Suiza, no sin antes soltar unos grandes lagrimones de amistad por los maravillosos amigos que dejábamos atrás.

Italia

Se acercaba el otoño y comenzaba la época de lluvia y frio. Pagamos transporte justo hasta entrar en Italia para luego acabar de recorrer lo que nos quedaba hasta Milán, importante ciudad del norte. Nuestra incursión con los ejecutivos de Garelli, ahora Fantic Motor, no fue muy exitosa, aunque nos aportaron importantes piezas que nos ayudarían a llegar a España. Para eso necesitábamos cruzar Francia y no era posible obtener visado. Intercedió el cónsul de Chile para ayudarnos y aún así lo obtuvimos por un golpe de suerte. Nos dieron solo dos días para estar en el país de la Costa Azul.
En Milán recibimos gran apoyo de Omar un Chileno cantor que trabajaba pintando casas. El nos ayudó a conseguir trabajo y amigos. El 12 de Octubre, día de la clausura de la expo Sevilla asistimos a un concierto en conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América, en el Duomo, catedral de Milán. También pudimos ir en tren a pasar el día a Venecia ya que no podíamos dejarla pasar sin conocerla. Considerando la orografía y la llegada del otoño, decidimos salir rumbo a Francia utilizando el tren; igual que desde Suiza transporte y pasajes y en unas horas estábamos en Ventimiglia, cerca de San Remo en la costa del mar Mediterráneo.

Francia

Los guardias de la frontera no solicitaron la documentación, solo nos indicaron que continuáramos con gestos de prisa; por lo tanto no había registro de cuando comenzaban los dos días.
El frio hizo acto de presencia y nos hizo pensar en movernos de prisa.


Esa misma tarde conducíamos nuestras aguerridas bicimotos nada menos que por el Principado de Mónaco. Pequeño país mediterráneo lleno de lujo y riqueza.
Esa noche dormimos en una parada de autobús de un pueblo cerca de Nice, Villefranche-sur-Mer ; al día siguiente continuamos cruzando Niza y , siempre por la costa, llegamos a Cannes, capital del cine en Europa. No recuerdo bien donde dormimos, pero al día siguiente nos dimos una vueltecita por Saint Tropez, para ver que tal era la caletita. Bonito, mucha joyería y galerías de arte, era pleno otoño por lo tanto no había gente. Rumbo a Marsella pasamos por una serie de acantilados y cuestas de gran belleza. En esta última ciudad paramos un par de días para reponer fuerzas y conocer un poquito de su afamado puerto.
El camino a Montpellier fue muy frio y lluvioso, tanto que nos dificultaba el avance, era como si el viaje se resistiera a acabar. Pero así era, estábamos por acabar nuestro gran viaje. Solo nos faltaba recorrer los llanos de Narbona, Perpiñán y antes de cruzar la última frontera, Le Boulou. Pueblo imprescindible de visitar ya que Ivette, mi compañera de viaje, se apellida Boulou.
Después de recopilar información acerca de la procedencia del nombre del pueblo, por ende de su apellido, nos dirigimos a la última frontera de nuestro “gran viaje”.



España

La primera sensación estuvo relacionada con el lenguaje, llevábamos mucho tiempo, oyendo y hablando otros idiomas. El solo hecho de oír hablar en castellano nos hacía sentir como en casa.
Aún faltaban muchos kilómetros y días de dificultad para llegar a casa de Camilo y Rosa, quienes nos habían dejado su dirección de Barcelona. La bicimoto que yo llevaba, comenzaba a dar muestras de fatiga severa, cada vez era más difícil hacerla funcionar, además que la rueda trasera ya no daba más de si. Horas de paciencia y esfuerzo, para reanimarla y continuar otro tramo. Cruzamos Figueras y Girona, nos desviamos por la Nacional II, que se lee dos y no once, como creíamos al llegar. Cuando faltaban 30 km. Para la gran ciudad, llamamos a Camilo y le dijimos que esa tarde llegaríamos a su casa. Así fue, Barcelona, la capital de Cataluña, estaba demasiado ocupada para salir a recibirnos pero Camilo y Rosa estaban ahí, con los brazos abiertos, con la misma sonrisa con que nos habíamos despedido unos años antes, en Cartagena de Indias, cuando nos conocimos.
Era Noviembre de 1992, finalizaba una de las etapas más apasionantes de nuestras vidas. Ahora solo había que descansar y coger fuerzas para afrontar el porvenir.

EL GRAN VIAJE V

Suecia

Era el 31 de Diciembre de 1991, acababa de nacer Nicolás, hijo de Leslie, por lo tanto ese año nuevo lo pasamos en su habitación del hospital del instituto Karolinska, en Estocolmo.
Muy gratos recuerdos guardo de nuestra estancia en el blanco país escandinavo.
Después de algunos meses y con las bicimotos restauradas, intentamos viajar haciendo una pequeña incursión a Finlandia. 20Km. de carretera nos separaban del puerto desde donde zarparía el ferry.
¡Nos reca…..congelamos de frío!



Finalmente fue un día 2 de Junio, cuando la primavera reventaba con toda su fuerza, cuando pudimos partir con nuestras bicimotos a la conquista de Europa.
Cinco días tardamos en cruzar, por carreteras locales; ya que los ciclomotores o bicimotos no pueden circular por autovías o autopistas de alta velocidad. 60Km/hrs. es la velocidad mínima en este tipo de vías. Y esto era válido para toda Europa.
Nuestro puerto de salida fue Goteborg, lugar desde donde cruzamos el canal que separa a Suecia de Dinamarca.

Dinamarca

En este país del norte de Europa tuvimos problemas mecánicos serios. Pero fueron resueltos por un señor que tenía las herramientas y las piezas para reparar los ciclomotores.
Después del único y grandioso encuentro con los Finlandeses.
Continuamos rumbo a Esbjerg
para continuar por mar; con la intención de ganar tiempo y ahorrar camino para llegar a España.
Corría el año 1992 y en Sevilla se realizaba Expo - Sevilla. Feria universal donde Chile estaba representado con un gran trozo de Iceberg que llevaron por piezas hasta allí.
Pensamos que sería un gran final de viaje, considerando que la prensa Chilena nos haría un huequito en sus emisiones de noticias. Es más, quien sabe si algún programa o canal de televisión se ofreciera a pagar nuestro regreso a cambio de una exclusiva entrevista al llegar a Chile como “Héroes patiperros”, pensábamos.
En Esbjerg subiríamos en un ferry que nos acercaría al sur de las islas británicas, de ahí a Portmouth; para, en otro ferry hacer tierra en el norte de España. Luego por carreteras hasta Sevilla, en el sur de España. Teníamos prisa ya que la exposición universal se cerraba el 12 de octubre, día de la conmemoración de los 500 años de la llegada de Colón a América.

Reino Unido

En Esbjerg subimos al ferry pero nada más llegar a Norwich, a 120 km. al norte de Londres nos cortaron las alas. Al personal de migración no le dábamos las suficientes garantías. Nos olvidamos que en Europa los sudamericanos somos potenciales “Inmigrantes ilegales”.
Al día siguiente regresábamos de nuestra incursión a Inglaterra rumbo a Esbjerg en Dinamarca. A pocos kilómetros de la frontera con Alemania.

EL GRAN VIAJE IV

Estados Unidos de América:

Ya teníamos los visados correspondientes, solo faltaba cruzar la gran frontera desde Ciudad Juárez a El Paso – Tejas.
Nada más cruzar la frontera hay un distribuidor de carreteras con vías elevadas y puentes, una madeja de carreteras que te asusta, dada la tremenda diferencia con las vías de los países recorridos. Carteles en inglés distancias en millas y de pronto estás en una “high-way”.
El dinero escaseaba en nuestros bolsillos así es que decidimos acercarnos a un lugar turístico donde poder cantar y ganar dinero para continuar.
No debemos olvidar que ahora nuestra moneda sería el dólar.
Entramos por Tejas y cruzamos a Arizona en poco tiempo; dormimos en Silver City y continuamos rumbo al Gran Cañón del Colorado. Después de llorar con lo grandioso del paisaje comprobamos que no era posible cantar.
Continuamos camino de Los Ángeles; pero casi sin dinero, Paramos en Sedona y luego en Cotton Wood, buen recuerdo guardamos de ese lugar, luego lo cuento. Después de Cotton Wood estuvimos en Prescott, también trabajando, quiero decir cantando. Desde ahí nos fuimos a California, directamente al sur de Los Ángeles, Newport, buscando Disneylandia, el lugar más feliz de la tierra, según se lee en la entrada.
Estuvimos en Los Ángeles un mes, antes de continuar hacia el norte rumbo a San Francisco, lugar donde coincidimos con el 18 de Septiembre y celebramos cantando para la comunidad de chilenos residentes, nada menos que en el Sheratoon de la ciudad.
Después de San Francisco, Pancho para los amigos, continuamos por la 101 hacia Carmel y toda la costa del norte rumbo a Portland en Oregon y Seattle en el estado de Washington,ciudad frontera con Canadá.


Canadá

Vancouver y su comunidad Chilena nos acogieron con mucha solidaridad. Después de unas cuantas lecciones de conducción con nieve y muchos consejos prácticos nos lanzamos a cruzar la “respetable” Trans-canada, carretera que cruza el país de Oeste a Este.
Interesante experiencia la de cruzar 4.500Km. de carreteras nevadas en tan solo seis días. Nuestra próxima parada fue Toronto, donde también fuimos acogidos por la comunidad Chilena residente.
Después de un mes en Toronto recorrimos los 500Km. restantes para llegar a Montreal, capital de Québec.
Se nos acababa la carretera y el continente Americano. Era el momento de volver hacia El Sur, o cruzar el “charco”.
Leslie nos esperaba en su pueblo de acogida, Norrtälje, no muy lejos de Estocolmo, capital de Suecia.
Después de entregar el Jeep a un amigo de su dueña, en Montreal, desmontamos las bicimotos, las colocamos en cajas y redujimos nuestro equipaje para coger un vuelo que nos llevaría a Europa.

EL GRAN VIAJE III

Costa Rica

William nos esperaba en el aeropuerto de San José. Costa Rica fue un paréntesis en el viaje, estábamos en Centro América, y ya no teníamos carretera por medio para regresar a casa. Pero estábamos en casa, por lo menos así nos lo hicieron sentir William y Aurelia. De hecho debo confesar que fue por ellos que cambiamos los “planes”, si es que los teníamos.
Nos tuvieron de Turistas, paseándonos por los numerosos parques naturales y hermosos rincones de ese verde país.
Más adelante les contaré como fue que salimos de Costa Rica en un Jeep “Cherooke Chief”, con una señora Francesa rumbo al Norte otra vez.
Cumplido el tiempo legal de permanencia de los vehículos en el país, salimos en un plazo de cuatro meses. Con lágrimas en los ojos, como siempre, pero con la enorme gratitud hacia esa pareja que nos acogió como a hermanos.

Nicaragua

A nicaragua llegamos en unas horas, paramos en Managua. El Cherooke era una bestia comiéndose los kilómetros. Allí desertó nuestro pasajero benefactor, la señora francesa, enfermó y voló a su país dejándonos, así, por las buenas, con un todo terreno para enfrentar el gran norte que pretendíamos atravesar.
No estuvimos mucho tiempo en Managua, lo suficiente para hacer un par de conciertos que a mi me llenaba de orgullo y juntar el dinero suficiente para poder seguir el viaje. Ahora cambiaban las prioridades, había que alimentar a la bestia de 6 cilindros y 2.4 litros de motor.

Honduras

Llegamos a Honduras bajo sospecha de tráfico de drogas, supongo, ya que nada más entrar, un equipo de tres o cuatro soldados, nos desmantelaron el jeep con herramientas en mano; al parecer es una zona donde se acostumbra a entrar droga con destino al Gran Norte. Se ve que no encontraron nada o no nos lo dijeron ya que proseguimos nuestra ruta sin problema alguno. Alojamos en Tegucigalpa y al día siguiente continuamos rumbo a San Pedro Sula, proseguimos rumbo a Copan, un importante centro arqueológico Maya.
Como ven nuestra visita a Honduras fue más que fugaz.

Guatemala.

Cruzamos a Guatemala por un paso fronterizo cercano a Copan, carreteras de tierra, en buen estado para nuestro vehículo. Íbamos en busca de la Panamericana para dirigirnos a Ciudad de Guatemala, la capital.
Después de un tiempo actuando en la capital nos trasladamos a Antigua, un pueblo que fue la capital del país hasta que los terremotos acabaron con ella.
Continuamos nuestro viaje rumbo a Chichicastenango, lago Atitlán y Quetzaltenango. Ahora nos ceñíamos a la duración de los visados, los que normalmente nos concedían tres meses de permanencia. Íbamos más rápido debido a la “bestia come kilómetros”. El Jeep nos había cambiado el ritmo del viaje.

Méjico:

Nuestros últimos destinos en Guatemala nos hicieron cruzar por fronteras secundarias y entramos a Chiapas, llegando a su capital, San Cristóbal de las Casas, centro neurálgico de las comunidades Mayas, frontera con un territorio lleno de centros de especial interés arqueológico.
Desde San Cristóbal de las Casas fuimos directamente a las ruinas de Palenque lugar donde se encuentra la tumba de un sacerdote que está lleno de fantasiosas leyendas.
Desde ahí, por la costa atlántica subimos (rumbo norte) hacia Veracruz, para dormir y continuar rumbo a Ciudad de Méjico, la capital más poblada de Latino América.
Demasiado grande para nosotros, “Mexico City” no se dio ni cuenta de nuestro paso por ahí.; la visitamos como dos turistas y proseguimos hacia el norte.
Guanajuato y Zacatecas nos acogieron con gran amistad; finalmente Ciudad Juárez nos albergó antes de cruzar “La gran frontera”.

lunes, 16 de febrero de 2009

EL GRAN VIAJE II

Perú

En Perú disfrutamos de la cordialidad desde el primer día, después de unos días en Tacna , donde nos acogió Juan Antonio pasamos por Arequipa, subimos en tren al Cuzco y a Machu–Pichu, regresamos a Arequipa y continuamos rumbo a Lima por la Carretera Panamericana. Paramos unos cuantos meses en Lima, en compañía de gente maravillosa que nos ofrecieron sus casas, familia y vidas. Después de dejar fuertes raices de amistad y amor en casa de Ilse, Harry, Ramoncito...etc. Continuamos rumbo al Norte de este acogedor país.

Trujillo, Chiclayo (que merece un capítulo especial) ¡Es verdad, Chiclayo es la capital de la amistad! Cajamarca, Talara, Tumbes.



Más de un año y medio había pasado desde nuestra salida de Arica, en el norte de Chile.

Ecuador

Un Vergel, como nos decían los amigos desde hacía tiempo, Kilómetros y kilómetros de plantaciones de plataneros hasta llegar a Machala, luego continuar rumbo a Guayaquil. Rufo, Jacobo, Ana Milena...etc fueron los encargados de hacernoas la vida muy grata en esta ciudad. Ahí conseguimos embarcarnos en un crucero por las Galápagos, cantando, por supuesto. Volvimos a Guayaquil, fuimos a Cuenca por trabajo y conocimos a William y Aurelia, de Costa Rica . Ya de vuelta en Guayaquil proseguimos rumbo a Quito. Nos subíamos a los Andes.

Quito está a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, Aunque es el ecuador del planeta es una ciudad “fresquita”, como Cuenca (Ecuador). Fue difícil llegar hasta ahí y salir de ahí. Pasamos por Otavalo para llegar a la frontera con Colombia, Tulcán. Habían pasado unos nueve meses desde nuestra salida de Tumbes.

Colombia

Frontera de Rumichaca en Ipiales en plena cordillera de Los Andes, Dicen que cuando Dios creó al mundo, lo dibujó en un papel y luego lo arrugó. A eso se debe su orografía.



Este fue el principal problema para nuestras cansadas Bicimotos, cuestas de cuarenta kilómetros, caminando al costado de ellas. Ya bastante tenían con subir nuestro creciente equipaje como para también subirnos a nosotros.

Dos días para llegar a Pasto, encantadores los “Pastusos”. Los mejores chistes de pastusos los oímos en Pasto. (como los de Gallegos o de Lepe)

Cuatro días de Carretera Panamericana para llegar a Popayán, al refugio de Ana Milena y el hotel Monasterio. Después continuamos rumbo al valle de Cali. En Cali estuvimos en casa de Iván y Marta, hermanos por el resto de nuestras vidas. Después de un tiempo en esta acogedora ciudad continuamos rumbo a Pereira, pasando por Tuluá, siempre rumbo norte llegamos a Manizales donde grabé mi primer cassete de canciones gracias a los hermanos de otro viajero que nos acogió en su casa. Continuamos hacia Medellín, para proseguir rumbo a la costa. Mar Caribe.

Montería y Coveñas quedaron atrás cuando llegamos a Cartagena. La misma Cartagena de Indias de Piratas y tesoros.

En Cartagena conocimos a Camilo quien nos recibiría en su casa dentro de unos años. Ahí cambió nuestra idea del viaje, la cual era dar la vuelta a Sur América. Surgió la posibilidad de Navegar hasta unas islas frente a las costas de Nicaragua, pero soberanía Colombiana, San Andrés y Providencia, desde allí podríamos saltar a Centro América.

Así fue como, después de 36 horas de navegación por el mar Caribe, llegamos a la isla de San Andrés. después de conocer a Jitka y a Clive y pasar Navidad en la isla, volamos, con motos y todo, rumbo a San José de Costa Rica. El como, salimos es una de las historias de este blog.

Un poco más de un año estuvimos disfrutando de la alegría de los colombianos, de su aguardiente y de su musicalidad.